La semana pasada, una mujer en Filadelfia se sorprendió al ver dos perros de cebo en pésimas condiciones sentados en su porche, claramente víctimas de peleas de perros. Estaban sangrando, desnutridos y con huesos rotos. La mujer, Tara Whitaker, pasó tres horas cuidándolos antes de que llegara el control de animales. Los perros fueron acogidos por Rescue Dogs Rock NYC, donde recibieron atención médica y amor posiblemente por primera vez en sus vidas.
Más tarde, Tara se puso en contacto con el grupo de rescate para expresar su gratitud por cuidar a los perros. Ella describió lo hambrientos y sedientos que estaban, y la hembra, Sweet Pea, comía más que el macho, Dizzy, que sentía demasiado dolor. Dizzy parecía haber vivido su vida en una jaula, con las piernas torcidas y dobladas. Se balanceaba hacia adelante y hacia atrás, con dolor y miedo, y hizo sus necesidades cuando el control de animales le quitó la correa.
Tara había tratado de encontrar un rescate o alguien que se hiciera cargo de los perros antes de que llegara el control de animales, pero cuando nadie llegó, les prometió que encontraría un buen rescate para salvarlos. Agradeció a Rescue Dogs Rock NYC por intervenir y mantenerlos a salvo de la eutanasia mientras esperaban el rescate.
Rescue Dogs Rock NYC compartió la historia en su página de Facebook, expresando su tristeza y repulsión por la condición de los perros. Dizzy tenía heridas de mordeduras en todo el cuerpo y Sweet Pea tenía la cara hinchada. Dizzy tenía miedo de los humanos, algo comprensible considerando la traición y el abuso que habían sufrido a manos de humanos involucrados en peleas de perros.
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