La momia de Ramsés II, uno de los faraones más ilustres del antiguo Egipto, se encuentra entre los extraordinarios descubrimientos encontrados en el Escondite Real (TT320) en Deir el-Bahari. Cubierto con capas de vendas de lino con su nombre y epítetos inscritos en escritura hierática, este notable hallazgo ofrece información invaluable sobre las prácticas funerarias y las características físicas del renombrado gobernante.
Los restos momificados de Ramsés II presentan una imagen sorprendente: una figura envuelta en lino, con un cabello blanco sedoso que se ha vuelto amarillento con el tiempo debido a los efectos de los productos químicos conservantes. Esta transformación agrega una capa adicional de intriga a la apariencia del antiguo rey, ofreciendo un vistazo a sus atributos físicos en el momento de la muerte.
Detalles dignos de mención emergen tras un examen más detenido de la momia. Las fosas nasales de Ramsés II estaban llenas de resina y semillas, una práctica curiosa que se cree que se empleó para ayudar a preservar la forma de la nariz en el más allá. Esta meticulosa atención al detalle anatómico subraya la importancia otorgada a la integridad física y la preservación eterna en los ritos funerarios del antiguo Egipto.
El descubrimiento de la momia de Ramsés II en el escondite real de Deir el-Bahari ofrece una oportunidad única de estudiar a uno de los gobernantes más emblemáticos de Egipto desde una nueva perspectiva. A través del análisis minucioso de sus restos momificados y de los artefactos asociados, los investigadores continúan desentrañando los misterios que rodean su vida, su reinado y su legado póstumo.