Los curiosos huesos de los gentiles gigantes del Perú

A CHARLES MERBS nada le gusta más que un montón de huesos viejos. Y si la persona a la que pertenecían se llevaba un poco bien, mucho mejor. Merbs es un antropólogo y patólogo que se especializa en reconstruir las ocupaciones y estilos de vida de las personas a partir de sus esqueletos, y cuanto más viejos eran cuando murieron, más indicaciones proporcionarán sus huesos. Por eso, cuando llamaron a Merbs para examinar los esqueletos de los “Gigantes Moche” en 2002, no esperaba aprender mucho. Estos cinco hombres inusualmente altos fueron la pieza central de uno de los hallazgos arqueológicos más apasionantes de los últimos años, pero ninguno de ellos tenía más de 22 años. Demasiado joven, pensó Merbs, para llevar las firmas de largos años de trabajo. Le esperaba una sorpresa.

Un año antes, arqueólogos californianos habían anunciado un descubrimiento sorprendente. Acababan de terminar de excavar una serie de tumbas construidas en la gran pirámide de adobe de Dos Cabezas, un antiguo asentamiento moche en la costa norte de Perú, donde el río Jequetepeque llega al Pacífico. Cada tumba contenía el esqueleto de un gigante (y, en un caso, de dos gigantes). También había muchos objetos funerarios fabulosos: tocados y máscaras doradas, cerámica exquisita, armas temibles y, en tres casos, una réplica de la tumba en miniatura con una figura de cobre incluida.

Nadie había visto nada parecido antes, pero tampoco nadie había visto esqueletos como estos. “La altura media de los moche era de unos 148 centímetros. Estos individuos medían en promedio 175 centímetros y dos de ellos superaban los 180 centímetros”, afirma Alana Cordy-Collins, antropóloga de la Universidad de San Diego que ayudó a excavar…