La anguila empleó su cabeza rígida para perforar la garganta de la garza. A pesar de sus mayores esfuerzos, la anguila no pudo resistir.
Davis contó que al principio supuso que las dos criaturas estaban enfrascadas en una pelea y especuló que la anguila había mordido el cuello de la garza.
“Sin embargo, al regresar a casa y examinar la fotografía, descubrí que la anguila en realidad estaba empalando el cuello de la garza. Podría percibir sus ojos. En ese momento, todavía estaba vivo”, compartió Davis.
“Me sorprendió la capacidad de la garza de continuar volando a pesar de poseer una ‘abertura’ bastante grande en su cuello. Sin embargo, la probabilidad de que sobreviva después de una lesión de este tipo es escasa”, comentó Martin Fowlie, un experto en vida silvestre.
Để lại một bình luận
Bạn phải đăng nhập để gửi bình luận.