Cuando la vi, solo pude acercarme a ella en silencio y llevarla al auto con lágrimas en los ojos.
Esta niña estaba paralizada, incapaz de mover sus patas traseras; ella pudo haber tenido erlichia. A pesar de las repetidas solicitudes de ayuda de Eva, nadie quería ayudarla.
“Simplemente me acerqué a ella discretamente, la llevé al auto y conduje a casa. Al día siguiente, llevaría a Eva al veterinario para todos sus análisis de sangre”.
Eva estaba comiendo bien y se sentía bien. Teníamos una cita con un especialista ese día para ver cómo estaba. El médico realizó un análisis de sangre completo y descubrió que no tenía erliquia ni HW. Solo estaba anémica, así que ¿cómo es que no podía mover las piernas?
Desafortunadamente, el médico le dio una mala noticia. Habíamos llevado a Eva a hacerse radiografías el día anterior, y el médico reveló dos vértebras lesionadas que le estaban dando mucho dolor y parálisis en ambas piernas.
Eva recibió muchos medicamentos para el dolor todos los días para que se sintiera cómoda, tranquila y feliz. Eva estaba bien y su rehabilitación iba bien.
Apenas estaba viva hace tres semanas, y luego el balde pudo moverse más. Sus patas traseras se estaban fortaleciendo hasta el punto en que podía pararse como un bastón.
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