DESCUBRIMIENTO DE UNA ESCULTURA MAYA DEL DIOS DEL MAÍZ DE 1.300 AÑOS DE ANTIGÜEDAD DESENTERRADA EN PALENQUE, MÉXICO

El maíz siempre ha sido el cultivo alimentario más importante entre los mayas. Según el mito de la creación abierta del pueblo maya, los dioses crearon los primeros humanos a partir de masa de maíz y se creía que sus cuerpos estaban hechos de maíz.

Una escultura que representa a un dios maya del maíz que data de hace 1.300 años fue descubierta en las ruinas de Palestina en el sureste de México. Crédito: INAH

Como se analizó <stroпg>anteriormente</stroпg> en AпcieпtPages.com, “la historia del dios del maíz se puede encontrar por primera vez en el Popol Vυh. Este mito original tiene al dios del maíz naciendo, muriendo y resucitando del inframundo maya. Lo más probable es que el dios del maíz se hiciera tan popular que el pueblo maya dependiera mucho del maíz para su alimentación. De hecho, existen más de 40 tipos de formas de agricultura de maíz mayas o mesoamericanas”.

El Dios del Maíz, conocido como Hυп Hυпahpυ, era sin duda una deidad importante del patoteo maya y las esculturas de él fueron hechas y adoradas por la gente aciecta.

Arqueólogos en México informan que han desenterrado una escultura de 1.300 años de antigüedad que representa la cabeza de un dios maya del maíz. El artefacto fue descubierto durante la conservación en la ciudad maya de Paleqυe, que fue un importante centro político, que floreció entre el 226 y el 799 d.C. y luego fue adoptado alrededor del 900 d.C. Paleqυe, que también se conoce como “Lakamha” en el lagυage itzá. (que significa “Lugar-Plano-Río”), es bien conocido por su arquitectura y esculturas mayas.

Todo el espacio estaría cerrado con tierra y tres pequeños muros, dejando la cabeza del joven dios del maíz dentro de un tipo de caja. Crédito: INAH

El Instituto Nacional de Atropología e Historia informó que el artefacto se encontró en el Paleoeste mirando de este a oeste, “lo que simbolizaría el nacimiento de la planta de maíz con los primeros rayos del sol”.

Agregaron: “el equipo interdisciplinario que integró la iniciativa, codirigido por el arqueólogo Aroldo González Cruz y la restauradora Haydee Orea Maga, observó una cuidadosa alineación de paradas mientras retiraban el relleno de un corredor que contempla las habitaciones de la Casa B de El Palacio con los de la contigua Casa F.”

La cabeza del dios se encontró dentro de “un receptáculo semicuadrado formado por tres paredes y, bajo una capa de tierra suelta, emergió la boca posada y semiabierta de la divinidad”.

Científicos del INAH explicaron que el espacio donde se levantó la estatua fue en algún momento cerrado simbólicamente, “rompiendo una porción del piso de estuco del popd y retirando parte del relleno de la construcción, para depositar una serie de elementos: vegetales, bopes animales y codornices. , tortuga blanca, pescado blanco y perro domesticado, conchas, garras de cangrejo, fragmentos de bope trabajados, piezas de cerámica, tres fracciones de figuras antropomórficas de mitología, 120 piezas de hojas de obsidiana, algunas cuentas de piedra griega, dos cuentas de concha, así como semillas y pequeñas barrenas”.

Luego se selló la cavidad con tapones sueltos.

Según los arqueólogos del INAH, Carlos Varela Scherrer y Wecéslao Urbipa Cruz, la cabeza estucada medía 45 cm (17 pulgadas) de largo, 16 cm (6 pulgadas) de ancho y 22 cm (8,6 pulgadas) de alto.

Formada por tres paredes – y bajo una capa de tierra suelta – emergió la pose y la boca semiabierta de la división. Crédito: INAH

Tiene características elegantes: el chip es afilado, pronunciado y dividido; los labios son delgados y se proyectan hacia afuera, los inferiores se abren ligeramente hacia abajo y muestran los icistores superiores.

“Los pómulos son finos y redondeados; y los ojos, alargados y gruesos.

De la frente ancha, alargada, aplanada y rectangular, otros elementos significativos incluyen los fragmentos de una placa de trípode sobre la cual se colocó la escultura”, dijeron los investigadores.

La escultura era parte de “una ofrenda que se colocó en un popd, emulando la atracción de la deidad al inframundo, en un entorno acuático”, añadió el iпstitute.

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El descubrimiento “permite comenzar a conocer cómo los mayas receptivos de Palestina revivieron constantemente el pasaje mítico del nacimiento, muerte y resurrección de la deidad del maíz”, dijo el investigador Aroldo González Cruz.

Como la pieza fue encontrada en codiciones húmedas, se encuentra en proceso de secado gradual antes de ser restaurada, dijo el investigador.

Los expertos han fechado la pieza en el Clásico Tardío (700-850 d.C.).