Este pueblo sin carreteras parece sacado de un cuento de hadas

Apodada la “Venecia de los Países Bajos”, esta pequeña ciudad está repleta de cientos de canales y casas centenarias. La única diferencia entre Venecia y esta pintoresca comunidad es que aquí no encontrarás ni un solo motor de gasolina. En Giethoorn no hay carreteras, no hacen falta coches ruidosos y molestos. Es simplemente una comunidad tranquila que viaja a pie y, cuando es necesario, flota tranquilamente por el canal. Este pueblo danés parece sacado de un cuento de hadas.

Aquí en Giethoorn es muy tranquilo, el ruido más fuerte que se escucha suele ser el graznido de un pato o el susurro de un pájaro.

El silencio meditativo se debe a las aguas de los canales sin diésel.

Todos los barcos aquí funcionan con electricidad.

Puedes deambular por una calle lateral, o más bien simplemente por un canal más pequeño, para observar a un residente paseando casualmente por el vecindario.

Flotarás debajo de varios delicados puentes de madera mientras observas los intrincados techos de paja de las antiguas casas de campo que conforman la comunidad.

En épocas anteriores, los techos de tejas eran un signo de riqueza debido a que los techos de paja eran más baratos. Hoy ocurre exactamente lo contrario.

Es una ciudad deliciosa y tranquila en Giethoorn. Aquí no encontrará pasillos abarrotados ni comercialismo disruptivo.

Debido a la falta de carreteras, a la mayoría de las casas no se puede acceder en coche, por lo que el cartero entrega el correo en barco.

Cuando los canales se congelan en invierno, los residentes viajan elegantemente patinando sobre hielo en lugar de sus botes.

Hoy en día, sólo unas 3.000 personas llaman hogar a esta comunidad.

Esta ciudad que parece un cuento de hadas se encuentra en la provincia de Overijssel, al este de los Países Bajos.

Hay más de 60 millas de canales para explorar, lo que lo convierte en la atracción turística número uno en navegación en Giethoorn.

La ciudad fue fundada en 1230 por fugitivos del Mediterráneo que posteriormente encontraron grandes cantidades de turba en el suelo.

La extracción de turba creó lagos y estanques con islas en el medio.

Es en estas islas donde los colonos construyeron sus casas, los lagos y estanques se convirtieron con el tiempo en canales.

Como resultado, el acceso sólo era posible a través de un puente o de un punter, un barco estrecho empujado por un punteraar (un palo largo).

Giethoorn se hizo famoso localmente en la década de 1960, cuando el cineasta holandés Bert Haanstra dirigió allí su famosa comedia Fanfare.

Desde entonces, la ciudad ha sido un destino turístico popular para pasear en bote, andar en bicicleta y su amplia selección de cafeterías y restaurantes.

H/T

Si alguna vez has querido vivir en un cuento de hadas de la vida real, quizás quieras considerar mudarte al pueblo de Giethoorn. Este parece mi tipo de lugar para vivir.