“Cuando Tía Vargas y su padre de 76 años se embarcaron en una desafiante caminata por la montaña en Idaho, nunca esperaron que su viaje los llevaría a una extraordinaria misión de rescate.
No sabían que el destino los enfrentaría cara a cara con un perro gravemente herido llamado Boomer.
Después de caminar por un terreno cubierto de nieve durante tres horas, Tia y su padre se encontraron con Boomer, un springer spaniel angustiado, acompañado por una familia de excursionistas que no estaban familiarizados con el área y tenían niños pequeños con ellos. Preocupados por el bienestar del perro e incapaces de localizar a su dueño, notaron que su collar llevaba el nombre “Boomer” y recordaron haber visto un aviso de perro desaparecido en el comienzo del sendero. Asumieron que se trataba del cachorro desaparecido.
Tras una inspección más cercana, Tia y su padre se sorprendieron al descubrir el alcance de las heridas de Boomer. El pobre perro no podía caminar y era evidente que lo habían abandonado en el desierto, abandonado a su suerte.
Tia, ya fatigada por la desafiante caminata, había subido y bajado repetidamente el sendero para comprobar el progreso de su padre. No obstante, tomó la valiente decisión de transportar al perro herido a un lugar seguro. Con una determinación alimentada por la compasión, levantó al Boomer de 55 libras sobre sus hombros y comenzó el arduo descenso con su padre.
Su viaje se volvió aún más desafiante cuando se dieron cuenta de que las autoridades habían emitido advertencias sobre el sendero oscurecido por la nieve y los escombros. Tia no pudo encontrar a nadie dispuesto a ayudar a derribar a Boomer, pero el apoyo de su padre y una broma en el momento oportuno le dieron la fuerza para continuar.
Rezó pidiendo fortaleza y sintió como si le hubieran quitado un peso de encima. Seis horas y siete millas después, Tia logró llevar a Boomer a un lugar seguro y reunirlo con sus agradecidos dueños. Boomer había caído en una grieta de nieve de 100 pies y rodó 200 pies, y sus dueños lo habían buscado incansablemente.
En un giro inesperado, la familia de Boomer compartió que estaban planeando mudarse y buscaban un hogar amoroso para él. Después de presenciar la increíble determinación y compasión de Tia, se preguntaron si consideraría adoptar a Boomer.
Conmovida por la oferta, Tia aceptó, sintiendo que el destino había intervenido en sus vidas ese día. Ahora, Tia es la devota madre de Boomer y los dos comparten un vínculo reconfortante lleno de felicidad y amor”.
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