Revelando lo desconocido: un descubrimiento monumental en el agujero azul más grande del mundo

El Gran Agujero Azul es una maravilla natural ubicada frente a la costa de Belice, cerca del centro de Lighthouse Reef, un pequeño atolón que se encuentra aproximadamente a 70 kilómetros (43 millas) de distancia del continente y de la ciudad de Belice. Este sumidero marino tiene forma circular y mide 318 metros (1043 pies) de ancho y 124 metros (407 pies) de profundidad.

El Gran Agujero Azul se formó durante varios episodios de glaciación cuaternaria, un período en el que los niveles del mar eran mucho más bajos de lo que son hoy. Como resultado de estas glaciaciones, se formaron grandes capas de hielo en las regiones polares, provocando una importante reducción del volumen de agua de los océanos. Esto provocó que el nivel del mar descendiera y expusiera la plataforma continental en la región donde se encuentra el Gran Agujero Azul.

Los buceadores y practicantes de snorkel llevan décadas explorando las aguas superficiales del Gran Agujero Azul, pero muy pocos exploradores se han atrevido a aventurarse más profundamente y explorar lo que hay en el fondo. El primer intento de mapear el agujero en su totalidad fue realizado por Jacques Cousteau en 1971. Cousteau llevó su barco, el Calypso, al agujero para trazar sus profundidades. Sus investigaciones confirmaron el origen del Gran Agujero Azul como una típica formación kárstica de piedra caliza, formada antes del aumento del nivel del mar.

En el invierno de 2018, una tripulación de Aquatica Submarines se aventuró al fondo del Gran Agujero Azul en un intento de mapear su interior. Durante su descenso, se encontraron por primera vez con los sospechosos habituales, como tiburones de arrecife, tortugas y corales gigantes. Sin embargo, cuando alcanzaron los 90 metros, la vida empezó a desaparecer. El culpable fue una gruesa capa de sulfuro de hidrógeno tóxico que se extendía a lo ancho de todo el sumidero como una manta flotante.

Debajo de ese punto no hay oxígeno, ni vida, sólo un cementerio de caracolas y cangrejos ermitaños que habían caído al agujero y se habían asfixiado. Cuando la tripulación se aventuró más hacia el fondo del agujero, a unos 120 metros de profundidad, encontraron algo que no esperaban: pequeñas estalactitas. Esta sorpresa dio a los científicos pistas sobre el pasado antiguo del agujero.

Las estalactitas sólo se pueden formar porque el agua gotea sobre la piedra. Por lo tanto, los científicos concluyeron que se trataba de una cueva grande y seca durante una era realmente prolífica en la Tierra, por lo que probablemente había muchas cosas viviendo en ella. Creen que la cueva se formó durante la última Edad de Hielo, que terminó hace unos 14.000 años, cuando el nivel del mar comenzó a subir. En ese momento, la cueva se inundó y colapsó, dejando atrás el Agujero Azul que vemos hoy. Los investigadores creen que otros sumideros marinos, como Dragon Hole en el Mar de China Meridional y Dean’s Blue Hole en las Bahamas, probablemente se formaron de la misma manera.

Mientras el equipo continuaba explorando el fondo del agujero, encontraron una botella de Coca-Cola de 2 litros y una GoPro perdida que contenía algunas fotos de las vacaciones. Pero eso no fue todo. También encontraron a dos de las tres probables personas que se perdieron en el Agujero Azul. Sin embargo, decidieron que no intentarían ninguna recuperación. Está muy oscuro y pacífico allí abajo, así que simplemente los dejaron quedarse en su lugar de descanso eterno.

A pesar de su belleza natural e intriga, los científicos predicen que el Gran Agujero Azul no durará para siempre. Con el tiempo, el sumidero seguirá erosionándose y colapsando, hasta convertirse finalmente en una bahía poco profunda. Sin embargo, por ahora, sigue siendo un destino popular tanto para buceadores como para científicos, ya que permite vislumbrar el pasado antiguo de la Tierra y los misterios de las profundidades del océano.

.