Su último deseo: el dueño pasea a su perro a la playa y su gesto conmovedor hace llorar a todos.

Un perro fue rescatado cuando más lo necesitaba; estaba llena de tumores y terriblemente enferma, y ​​a pesar de que no podían ayudarla, le prometieron que sería feliz.

Una fundación llamada Laika de la ciudad de Culiacán, Sinaloa, México, pronto rescató a Noah y le dio los primeros meses de su vida, rodeada de su amor, antes de que cruzara la lluvia hacia el cielo de los perros, donde ahora reside. Noah era un perro rescatado en muy malas condiciones, era un día lluvioso, apenas podía caminar porque sus uñas estaban muy largas y tenía tumores en todo el cuerpo.

Saben un perro que está sufriendo de tumores a lo largo de su cuerpo. Según la Fundación Laika Protectora de Animales, AC, este perro fue rescatado de una pequeña jaula en un día húmedo, sus uñas parecían garras, y suplicó e imploró ayuda. con una expresión triste. ¿Qué estaba mal con ella? Estaba tan delgada que podías ver sus dedos y esos bultos en su cuerpo.

El grupo la llevó de inmediato al ʋet por la lucha que tuvo para mejorar su salud; lamentablemente, a pesar de haber iniciado su tratamiento, lo cierto es que no tenía cura; Las investigaciones revelaron una extensa artritis, perƄles renales y cardíacos.

Se permitió amar y cuidar a los ʋvoluntarios, quienes quedaron impresionados por su valentía y la agasajaron con abrazos y atenciones. Tuvo suficiente comida y bebida en su platillo, y se sintió amada.

Llevan a Noah al maestro antes de que muera. Sabían que Noah no viviría mucho tiempo debido a la enfermedad incurable y la artritis, pero le prometieron que la dejarían amar, proteger y, lo que es más importante, escoltarla hasta su último aliento.

“Si esta es su última vez en este mundo, se sentirá feliz, llena y llena de amor”. Que su viaje a través de laika sea lo mejor que le pueda pasar después de una vida de soledad, enfermedad y encarcelamiento.

Esta canina dejó que su cuerpo se refrescara en el agua del mar, vio el atardecer y estuvo con quienes le enseñaron que hay personas en el mundo que tienen un gran corazón y cuidan de las pequeñas criaturas.

¡Adiós, Noah! A los ʋvoluntarios les habría encantado ver a este pequeño perro desarrollarse, posiblemente vivir con una familia y tener una vida más normal, pero Noah tuvo que cruzar la lluvia; vieron que estaba sufriendo, entonces se despidieron.

Los rescatistas la abrazaron y la elogiaron por enseñarle todo el braʋery mientras la observaban tomar su último aliento y luego ir a donde ya no existía el sufrimiento.