El suicidio de Saúl de Pieter Bruegel el Viejo

El suicidio de Saúl, del artista renacentista flamenco Pieter Bruegel el Viejo (c. 1525-1569), describe el suicidio del rey judío Saúl después de la derrota ante los filisteos, como se describe en la Biblia: “Y los filisteos lucharon contra Israel; […] Y los filisteos mataron a Jonatán, Abinadab y Malquisúa, hijos de Saúl. […] Entonces Saúl dijo a su escudero: ‘Saca tu espada y traspasame con ella, no sea que estos incircuncisos vengan y me traspasen y me abusen.’ Pero su escudero no quiso, porque tenía mucho miedo. Entonces Saúl tomó una espada y se arrojó sobre ella. Y cuando su escudero vio que Saúl estaba muerto, también él cayó sobre su espada y murió con él” (1 Sam. 31, 1-5). Saúl probablemente padecía un trastorno afectivo, muy probablemente depresión, que pudo haber desempeñado un papel importante en su suicidio. En la Biblia, esta condición se describe como la posesión de un espíritu maligno que Dios vino sobre Saúl (1 Sam. 16:23). Según Stein (1), un trastorno bipolar, con estados repentinos de excitación y “frenesí profético”, en realidad puede ser responsable de la condición de Saúl. Bruegel representó a menudo condiciones psiquiátricas en sus obras, como Cortando la piedra de la locura (1550), Dulle Griet (Mad Meg) (c. 1562) y sus dibujos sobre la manía del baile, profundamente analizados por Jean Martin Charcot (2). En El suicidio de Saúl, Bruegel eligió representar el momento muy dramático de la muerte de Saúl y su escudero, mientras los filisteos toman el poder. Como ocurre con la mayoría de sus temas bíblicos, el pintor muestra a los ejércitos con armaduras del siglo XVI, tratando el suicidio de Saúl como un acontecimiento contemporáneo. Saúl, a quien se le ve ya muerto y casi relegado al margen izquierdo, no ocupa el centro del escenario. Más bien, el centro muestra a los innumerables filisteos que tomaron el control del campo de batalla. La soledad y marginación de la figura del Rey de los Israelitas y la oscuridad y pesimismo de todo el cuadro proporcionan una atmósfera de tristeza y melancolía que representa bien el estado de ánimo deprimido de Saúl, que decidió quitarse la vida.