Bella Burton tenía solo cuatro años cuando le diagnosticaron el síndrome de Morquio , un raro trastorno genético que afecta el sistema óseo, así como muchos otros órganos y capacidades físicas. Este diagnóstico significaba que la capacidad de caminar de Bella se vería comprometida y necesitaría ayudas para caminar para mantener su independencia. Durante años, Bella dependió de muletas o silla de ruedas para moverse, lo que limitó su movilidad y le impidió disfrutar la vida al máximo.
Sin embargo, todo cambió cuando Bella conoció a George, un gran danés entrenado para ser su perro de servicio. Bella había sido voluntaria en la organización sin fines de lucro Service Dog Project durante un año cuando le presentaron a George. Cuando ella subió con él un día, George la miró con pura adoración y ambos supieron que estaban destinados a estar juntos.
Para Bella, George era más que un perro de servicio. Era su mejor amigo, su compañero y su protector. Con George a su lado, Bella finalmente podría experimentar el mundo de una manera que nunca antes había podido. Él le dio la confianza y la independencia que necesitaba para vivir una vida plena y feliz.
Cuando Bella y su madre, Rachel Burton, se enteraron de la serie “El mejor día del perro” de BarkPost, supieron que tenían que nominar a George. Esta serie fue diseñada para celebrar el vínculo entre los perros y sus dueños y para brindarles a los perros que lo merecen un día de mimos e indulgencia. Bella y Rachel sabían que George merecía un día para ser mimado y amado, tanto como él los mima y ama todos los días.
El día comenzó en el Copley Plaza Hotel, donde George fue recibido como un VIP. El portero le abrió la puerta y el vicepresidente regional del hotel dio la bienvenida personalmente a George y Bella al hotel. “En nombre de nuestros embajadores K-9, ¡que tengan el mejor día de todos! George, estás fuera de servicio. ¡Ve y disfruta de Boston!” el exclamó.
La primera parada de George fue en Walhburger, donde le obsequiaron con un plato de hamburguesas, un verdadero placer para un perro de servicio al que normalmente no se le permite comer comida de personas. George devoró las hamburguesas con gusto, saboreando cada bocado jugoso. Bella y Rachel observaron encantadas cómo su amigo peludo disfrutaba de su día especial.
Luego, George fue a jugar en la nieve. Corrió, saltó y rodó en el polvo blanco esponjoso, moviendo la cola con alegría. Bella y Rachel lo siguieron, riéndose y tomando fotos de su feliz compañero. Después de jugar en la nieve, George fue a recibir un masaje en un spa local para mascotas. Se acostó en una lujosa cama mientras una masajista profesional hacía su magia, aliviando la tensión en sus músculos y calmando su mente.
El día terminó con una cena elegante en un restaurante local, donde a George se le sirvió una comida gourmet digna de un rey. Bella y Rachel se sentaron con él, disfrutando también de sus propias comidas. George fue la estrella de la velada, con otros comensales deteniéndose para acariciarlo y admirar sus hermosos rasgos.
Cuando el día llegó a su fin, Bella y Rachel reflexionaron sobre el increíble vínculo que compartían con George. Sabían que sin él, la vida de Bella sería mucho más limitada y desafiante. George les había dado el regalo de la amistad, el amor y la libertad, y estaban agradecidos por cada momento que pasaban con él.
La historia de George es un testimonio de la importancia de los perros de servicio y el papel que desempeñan en la vida de las personas con discapacidades. Los perros de servicio brindan apoyo, compañía y amor invaluables a quienes lo necesitan. Son héroes por derecho propio, y George no es una excepción. Puede que solo sea un perro, pero ha cambiado la vida de Bella de maneras que nadie podría haber imaginado. Realmente es el chico más bueno y un héroe para todos nosotros.
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