Nada puede interponerse en el camino del amor y la amistad verdaderos, como lo demuestran este perro esponjoso y su ganso velloso.
Es fascinante observar las conexiones entre especies. Son una prueba de que las amistades pueden crecer entre los amigos más improbables con un poco de compasión y tolerancia. Incluso un ganso puede actuar como niñera para los cachorros y ayudar a su madre a vigilarlos.
Cuando la dueña de este adorable samoyedo trajo a casa un pequeño gansito amarillo, no tenía ni idea de que los dos se convertirían algún día en mejores amigos inseparables. Pero eso es precisamente lo que ocurrió.
El samoyedo quedó encantado con el ansarino desde el momento en que llegó a la casa. Estaba fascinada con el bebé y las dos se hicieron mejores amigas. La perra vigilaba al ganso y, a medida que crecía, incluso alimentaba y abrevaba al ganso.
Eran inseparables, jugaban juntos y se metían en todo tipo de líos juntos. Cuando su amigo el ganso fue a nadar en su propia piscina, el perro la vigilaba. Se acercaron tanto que parecía que eran las únicas dos personas en la casa, pero también había un caniche.
Era todo un espectáculo ver a los enormes gansos blancos correr junto a un perro blanco y esponjoso como si fuera la cosa más natural del mundo después de que el ganso creciera. Eran tan cercanos que cuando nacieron los cachorros del perro, el ganso se ofreció como voluntario para ser su niñera.
Ver a esta niñera cuidar a los cachorritos como si fueran suyos es lo mejor del mundo. Prueba de que ella y el perro tienen una relación muy fuerte y genuina. Ella ayuda a su mejor amigo a criar a sus cachorros uno al lado del otro, como lo hacen todos los buenos amigos.
Cuéntales a tus familiares y amigos sobre esta hermosa historia.
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