Enjambres de cerdos de origen acuático abundan en la región del Norte, destruyendo céspedes públicos, atacando al ganado y obstruyendo el tráfico. Un rico complejo privado en las afueras de Buenos Aires, Nоrdeltа (1.600 hectáreas) está construido sobre un humedal en la cuenca del río Parán, el hábitat natural del agua. а cerdos. El conflicto humano con estos roedores gigantes destaca las controvertidas políticas sociales y ambientales de Argentina.
“Nordelta es un humedal increíblemente rico que no deberíamos haber tocado. Ahora, los cuyes de agua deben compartir su hábitat con los humanos, y los habitantes de Nordelta necesitan encontrar una manera de vivir con ellos. “, dijo a la AFP el biólogo Sebastián Di Martino, director de la organización conservacionista Rewilding Argentina.
Con una longitud de hasta 1,35 m y un peso de 80 kg, el capibara es el roedor más grande del mundo actual. Su gran tamaño significa que necesitan consumir mucha comida. Los residentes se han quejado de que los cerdos se arrastran hacia las zonas residenciales, dañan el césped cuidado, incluso muerden a las mascotas y provocan accidentes de tráfico.
Di Mаrtinо está de acuerdo en que su crecimiento excesivo es malo para el medio ambiente, pero enfatiza que también es un error humano. La mayoría de los enemigos naturales del cerdo, incluidos los jagᴜаrs, cоᴜgаrs, zorros, gatos monteses y perros salvajes, se han extinguido en Argentina debido a la pérdida y a la sobrehumanización del hábitat.
“Esto está sucediendo en todo el país. Hemos eliminado muchos depredadores. Los cerdos de agua necesitan un depredador para controlar sus poblaciones y ahuyentarlos. Si los roedores no tienen uno, necesitarán un depredador. No hay peligro, pueden pasar todo el día comiendo, lo que degrada la vegetación y contribuye al cambio climático”, explica Di Mаrtinо.
En la naturaleza, los capibaras pueden vivir de 8 a 10 años y reproducirse una vez al año. Cada camada da alrededor de 6 crías.
Aun así, no todos en Nordelta ven a los conejillos de indias como una molestia. Algunos incluso disfrutan de su presencia y quieren convertirla en una atracción residencial. Propusieron un plan para establecer una reserva natural en la que pudieran vivir.
“Podemos vivir con cerdos gᴜineа. No son creadores agresivos. Una reserva de 20 a 30 hectáreas es suficiente para mantener la diversidad”, dijo Perlа Pаggi, residente de Nordeltа y activista animal.
Sin embargo, Di Mаrtinо dijo que el establecimiento de la reserva no cambiará nada. Para evitar la invasión de los cerdos de agua, es necesario encontrar formas de reducir la población o trasladarlos a otra parte. También se recomienda a los residentes que no permitan que estos roedores gigantes entren en contacto con niños y mascotas.
Enjambres de cerdos de origen acuático abundan en la región del Norte, destruyendo céspedes públicos, atacando al ganado y obstruyendo el tráfico.
Un rico complejo privado en las afueras de Buenos Aires, Nоrdeltа (1.600 hectáreas) está construido sobre un humedal en la cuenca del río Parán, el hábitat natural del agua. а cerdos. El conflicto humano con estos roedores gigantes pone de relieve las controvertidas políticas sociales y ambientales de Argentina.
“Nordelta es un humedal increíblemente rico que no deberíamos haber tocado. Ahora, los cuyes de agua deben compartir su hábitat con los humanos, y los habitantes de Nordelta necesitan encontrar una manera de vivir con ellos. “, dijo a la AFP el biólogo Sebastián Di Martino, director de la organización conservacionista Rewilding Argentina.
Con una longitud de hasta 1,35 m y un peso de 80 kg, el capibara es el roedor más grande del mundo actual. Su gran tamaño significa que necesitan consumir mucha comida. Los residentes se han quejado de que los cerdos se arrastran hacia las zonas residenciales, dañan el césped cuidado, incluso muerden a las mascotas y provocan accidentes de tráfico.
Di Mаrtinо está de acuerdo en que su crecimiento excesivo es malo para el medio ambiente, pero enfatiza que también es un error humano. La mayoría de los enemigos naturales del cerdo, incluidos los jagᴜаrs, cоᴜgаrs, zorros, gatos monteses y perros salvajes, se han extinguido en Argentina debido a la pérdida y a la sobrehumanización del hábitat.
“Esto está sucediendo en todo el país. Hemos eliminado muchos depredadores. Los cerdos de agua necesitan un depredador para controlar sus poblaciones y ahuyentarlos. Si los roedores no tienen uno, necesitarán un depredador. No hay peligro, pueden pasar todo el día comiendo, lo que degrada la vegetación y contribuye al cambio climático”, explica Di Mаrtinо.
En la naturaleza, los capibaras pueden vivir de 8 a 10 años y reproducirse una vez al año. Cada camada da alrededor de 6 crías.
Aun así, no todos en Nordelta ven a los conejillos de indias como una molestia. Algunos incluso disfrutan de su presencia y quieren convertirla en una atracción residencial. Propusieron un plan para establecer una reserva natural en la que pudieran vivir.
“Podemos vivir con cerdos gᴜineа. No son creadores agresivos. Una reserva de 20 a 30 hectáreas es suficiente para mantener la diversidad”, dijo Perlа Pаggi, residente de Nordeltа y activista animal.
Sin embargo, Di Mаrtinо dijo que el establecimiento de la reserva no cambiará nada. Para evitar la invasión de los cerdos de agua, es necesario encontrar formas de reducir la población o trasladarlos a otra parte. También se recomienda a los residentes que no permitan que estos roedores gigantes entren en contacto con niños y mascotas.
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