“En perpetuo asombro por el mundo natural y su incesante exhibición de fenómenos extraños y fascinantes, los árboles emergen como testigos silenciosos de los secretos de la tierra. Dentro de sus ramas y raíces se encuentra una gran cantidad de misterios peculiares e intrigantes que constantemente llaman nuestra atención, desde sus patrones de crecimiento peculiares hasta adaptaciones asombrosas”.
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Otra característica fascinante de los árboles es su capacidad para interactuar y apoyarse unos a otros a través de “redes de mohocorrizas” subterráneas. Estas redes se componen de una interacción simbólica entre hongos y raíces de árboles que permite el flujo de información y nutrientes. A través de esta compleja red, los árboles pueden intercambiar material genético, advertirse unos a otros sobre daños y transferir nutrientes a las plantas cercanas que los necesitan.
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