Hablando de árboles, recientemente nos hemos topado con un ejemplar asombroso que despierta la curiosidad de muchas personas. Me refiero al Pterocarpus angolensis, originario del sur de África, también conocido como Muninga, Mukwa o Kiaat. Lo que hace que estos árboles sean tan especiales es que parecen sangrar como nosotros, ya que su savia es de un color rojo intenso. Por eso se le conoce coloquialmente como el árbol que llora “sangre”.

A continuación te dejamos algunas fotografías para que puedas ver con tus propios ojos esta curiosidad de la naturaleza:

Cuando se corta o se rompe una rama o parte del tronco del Pterocarpus angolensis, el árbol comienza a secretar gotitas de color rojo oscuro.

La savia, roja como la sangre, tiene una textura pegajosa que ayuda a cicatrizar la herida.

Esta savia, además de medicinal, tiene otros posibles usos: se utiliza comúnmente como tinte y, en algunos asentamientos, se mezcla con grasa animal para obtener un cosmético de altas propiedades.

Como decía, parece que la savia es medicinal, pues se utiliza frecuentemente para tratar dolores intensos, problemas de visión, fiebres altas y para aumentar la producción de leche materna.

Otra curiosidad es que no se puede calcular la edad exacta de estos árboles, ya que no hay anillos anuales en su madera.

Así, la única manera de hacer un cálculo aproximado es mediante estimaciones basadas en el número de ramas del tronco y su floración, que se produce una vez cada 15 años.

El ejemplar más antiguo de España se encuentra en la costa norte de Tenerife, mide 17 metros de altura y se estima que tiene unos 400 años. Por ello, en 1917 fue declarado monumento natural de gran importancia nacional.

Así que, si te cruzas con uno de estos curiosos árboles, debes saber que no tienes por qué asustarte.